“La medicina sólo puede curar las enfermedades curables”. Proverbio chino.
Quitar el dolor es una de las peticiones más frecuentes en una consulta médica. Pero al margen de la gravedad de la patología que lo provoque, el dolor limita la vida de quien lo padece y en muchas ocasiones también del entorno. La acupuntura es una solución para quitar el dolor que apareció hace más de 2000 años. Hoy es reconocida como un método eficaz para el tratamiento del dolor agudo y crónico.
Desde 1970 se han realizado estudios sistemáticos, con metodología occidental, sobre sus efectos. Según indica la Sociedad Médica de Acupuntura de España, la acupuntura, al margen de las interpretaciones filosóficas y energéticas de la MTC, actúa siguiendo los principios de la neuromodulación periférica, sensitiva, motora y autonómica.
La inserción de finas agujas en determinados puntos del organismo provoca la liberación de opioides endógenos y tiene efectos en el sistema nervioso autónomo. Ambos mecanismos contribuyen en el control del dolor.
Pero hay que tener en cuenta que la acupuntura forma parte de la Medicina Tradicional China. La Medicina Tradicional China tiene una concepción holística del ser humano y surge de una profunda observación de la naturaleza y sus ciclos. Su objetivo principal no era la curación, sino la conservación del equilibrio y la armonía como prevención de la enfermedad, por lo que da una gran importancia al estilo de vida. Y es también por este motivo por lo que el potencial curativo de la acupuntura va mucho más allá del tratamiento del dolor, pues busca provocar cambios que equilibren el organismo y le devuelvan la armonía que es sinónimo de salud.
La ciencia occidental va corroborando lentamente lo que la sabiduría oriental expresó con analogías de gran belleza. No importa cómo accedamos al conocimiento. Si está ahí y funciona, si está ahí y puede mejorar la vida de las personas que conviven con el dolor, usémoslo.
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